Al son de la música: inmigrantes búlgaros en España
- Manuel Gerez
- 13 may 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 feb 2020

Dos inmigrantes búlgaros comparten la música de clarinete y acordeón en las calles de algunas poblaciones cercanas a Barcelona (Sant Cugat del Vallès, 2019)
Mirko y Mitko son dos músicos inmigrantes de Bulgaria. Mirko abandonó su país natal hace 10 años para buscar mejores oportunidades en Barcelona. Hace algunos meses, su primo Mitko tomó la difícil decisión de migrar debido a las escasas opciones laborales que se viven en Bulgaria. Siguió los pasos de la ruta migratoria que había realizado su primo hasta España.
Mirko y Mitko, "primos y compañeros", recorren algunas poblaciones del área metropolitana de Barcelona con la idea de acercar a la gente su alegre música a cambio de algunas monedas que les permita ganarse la vida.
En España radican al menos 122.362 personas de origen búlgaro (Instituto Nacional de Estadística de España), siendo una migración casi equilibrada entre hombres y mujeres. Esto supone la existencia de matrimonios endógenos que permiten la continuidad cultural en los distintos espacios de migración.
La mayoría de los inmigrantes búlgaros llegan a la Comunidad de Madrid. Sin embargo, existen otras poblaciones donde los patrones de asentamiento son concentrados hasta formar espacios étnicos más definidos, como Torres de Burgo (Guadalajara), un pueblo dedicado al cultivo de espárragos verdes donde el 60 por ciento de la población proviene de Bulgaria (Diario ABC, 20 de enero de 2017).
En Catalunya, los inmigrantes búlgaros ascienden a poco más de 11 mil personas; la mitad de ellas se concentra en la provincia de Barcelona.
Mirko y Mitko son dos ejemplos de la movilidad migratoria entre los países europeos. Algunas corrientes migratorias son históricas; otras, en cambio, son de reciente creación. La continuidad migratoria otorga una idea de las diferencias económicas que persisten entre los países europeos.
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